Padre, la gloria es tuya por el logro alcanzado en el difícil momento en el cual me pusiste a intervenir. Gracias, en nombre de Jesús, por darme el sosiego para escuchar, palabras adecuadas para responder y decisión para actuar con precisión sin provocar el rechazo. Me sentiré privilegiado y muy agradecido si te vales de mí para colaborar en el rescate del alma que está en peligro.
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