Padre, hiciste el universo, como muy bien lo dijo Teilhard de Chardin, “impecablemente perfecto”. Y debido a su perfección nada del mismo se pierde, y todo se transforma para bien, segundo a segundo, independientemente de que lo percibamos o no. Gracias, en nombre de Jesús.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario