Padre, creo en lo dicho por Pablo sobre tu poder para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón. Por tanto te ruego, en nombre de Jesús, que me privilegie ayudándome a eliminar cada vez con mayor celeridad los malos pensamientos y las malas intenciones. Mi deseo es adelantarme para no permitir que lleguen y Tú puedes hacer que yo lo logre.
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