Es maravillosa, Padre, la renovación permanente dispuesta por Ti en el universo, la cual se cumple independientemente de que tengamos conciencia o no del fenómeno. Y qué bueno es saber que no soy exactamente el mismo quien era hace sólo un instante, porque entraron en mí nuevos pensamientos y otros se marcharon. Gracias, en nombre de Jesús, porque el nuevo yo te ama con mayor intensidad que el viejo.
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