miércoles, 13 de noviembre de 2013

Amor

Ahora entiendo, Padre, y por ello te doy gracias en nombre de Jesús, que todo lo que necesito para mi equilibrio y plenitud de vida lo pusiste dentro de mí. Tú obras de manera perfecta y, como creaste a cada uno de tus hijos para ser único, y con libre albedrío, te aseguraste de poner en el centro del ser al amor, que es la esencia del equilibrio y la plenitud.

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