jueves, 14 de noviembre de 2013

Aliento y amor

Tú estás en mí, Padre. Eres el aliento de mi espíritu. El amor está en mí, Padre, porque Tú eres amor. Es todo lo que realmente necesito para lograr el grado máximo de la sublimidad cuando disfruto de la plenitud del silencio arrullador de mi humanidad, y decido dar amor. Gracias en el nombre de Jesús.

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