Las
dificultades sólo son posibles en la dimensión humana. El espacio espiritual no
alberga dolor, enfermedad, rencor, frustración, miedo, tristeza ni ninguna otra de las perniciosas manifestaciones físicas y sentimentales que indican que estamos
aquejados por dificultades. Que el espíritu domine mi humanidad. Intercede ante
el Padre, Jesús, para que me conceda el deseo. Gracias.
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