La
oración suele producir un reconfortante efecto inmediato, pero no permanente,
porque se pierde con igual rapidez en la maraña de las dudas, si permitimos que
estas nos atrapen de nuevo. El poder de la oración sólo se manifiesta cuando no
dejamos que se pierda su efecto. Gracias en el nombre de Jesús, Padre, por
hacérmelo saber.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario