Todo
lo que te pido ahora es darte gracias, que Tú me mantengas en gracia
permanentemente. Sé que no es poco lo que te estoy pidiendo, Padre. Pero te lo pido
en el nombre de Jesús y consciente de que todo lo que Tú concedes es divino, y como tal extraordinario y pletórico
de la abundancia de tu bondad.
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