Ningún alma triste, abatida, apesadumbrada, atormentada camina junto a Jesús. Tengo eso totalmente claro, Padre. Pienso que estoy bajo ataque, pues los episodios de tristeza, abatimiento, pesadumbre y tormento con frecuencia ocupan mi mente. No me deje solo, Jesús, ven a llenarme de alegría, energía, entusiasmo y fe.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario