jueves, 8 de julio de 2010

Reflexión de hoy

La mente es muy complaciente -para mí que Dios la nombró como asistente- y ella, diferente al Padre, siempre nos da lo que pensamos cuando somos insistentes. Pienso en alegría, recibo alegría; pienso en tristeza, recibo tristeza. El Padre, en cambio, sólo nos da lo que nos conviene, de lo cual hoy me alegro. De haber conseguido todos los disparates que le pedí, hace rato que hubiese perdido la razón. Gracias, Padre, en nombre de Jesús, quien vive y reina, por darme sólo lo conveniente.

No hay comentarios: