sábado, 27 de febrero de 2010
Reflexión de hoy
¡Ah, las cosas Tuyas, Padre! Nada de lo que vemos y tocamos permanecerá por siempre. Empezando por nosotros, todo lo que se ve y se toca es perecedero, se transforma, por lo menos. Sin embargo, el aire, que no podemos tocar y mucho menos ver, ha estado y estará invariable en su composición por siempre como nuestro principal alimento para el cuerpo, así como Tu gracia es el alimento para el Espíritu.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario