jueves, 25 de febrero de 2010

Reflexión de hoy

Estoy convencido, Padre, Tú nos provee con lo que necesitamos para vivir. Y siempre que estamos dispuestos a dar la provisión es abundante, tan abundante como sea nuestro deseo de dar. Está a la vista: quienes se dedican a dar amor, jamás carecen de ese sentimiento que es la esencia de Tu ley y de la vida. Aquellos que se dedican a consolar y orientar, siempre tienen las palabras afectivas y efectivas para dar consuelo y orientación. Y las obras de bien no agotan fortunas.

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