jueves, 1 de octubre de 2009

Reflexión de hoy

¡Qué privilegiado he sido de que Tú, Padre, nunca te has olvidado de mí! Al mirar hacia atrás, como pase de revista a lo vivido y buscando Tu perdón por mis hechos, recontando las épocas durante las cuales caminé al borde de múltiples precipicios complaciéndome en el alcohol, hoy veo, con la luz que a través de Jesús me provees, que los “miedos” que me asaltaron en momentos en que pude dar un paso fatal en realidad eran tus riendas para controlarme.

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