Para que nazca el árbol tiene que “morir” la semilla. “Morir” entre comillas, porque la “muerte” de la semilla es el brote que rompe la tierra y se transforma en árbol, la nueva vida con toda su majestuosidad y esplendor. Me encanta, mi señor Jesús, recibir este mensaje desde lo profundo de mi ser. Del Padre es la gloria por mi regocijo.
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